Los Ángeles de Sandra

Ella es una periodista de espectáculos más, que hasta ahora no tuvo la oportunidad de pasar a las grandes ligas televisivas. Las razones podrían ser muchas: su voz de pito, la tendencia a decir "¿viste?" cada seis palabras o el chupamedismo con ciertas figuras.

Sin embargo, la razón profunda es mucho más siniestra. En los pasillos del canal de la calle Conde circula la leyenda de que la rubia tuvo una historia trunca hace varios años con un por entonces periodista en ascenso, con el que tuvo un affair después de hora. No fue ni la primera ni la última: por ese entonces, en ese escritorio las chicas pasaban más tiempo de rodillas que sentadas.

El tiempo pasó, soplaron vientos a favor para él y hoy es uno de los pesos pesados de los medios en el país. Ella, sin embargo, quedó relegada y con un recuerdo de esa relación que conviene no revelar.

Sin embargo no hay cenizas allí donde tanto fuego hubo: él acaba de dar la orden de sacarle su columna en el programa más escuchado de la tarde radial. No la quiere cerca. Y hace bien: las cosas se le pueden complicar.