Vino a saberse que el rápido ascenso profesional de dotado joven que trabajaba en espectáculo, que ya no está en cartel, se debió a sus cualidades físicas, que disfrutaron, en orden de llegada, el director, el productor y la actriz protagónica, casada ella (y pasadas los cuatro décadas). El muchacho, dispuesto, nunca dijo no; interrumpidos sus amores clandestinos, ahora sólo se ocupa del director.
Toda una revelaciónLa Pavada
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